En otra parte
Las almohadas se quemaron. El olor a pluma en combustión ha comenzado a llegar hasta ese lugar en Suiza. Uno se siente miserable ante el diámetro inmenso que tiene la columna de humo. Sube, sube, sube... y se esparce.
Alguien dormía sobre ellas, pero no hay quien recuerde su nombre. Tal vez algún insecto habitante de la almohada, como los que conoce Quiroga, tuvo a bien chuparle la vida. Los vecinos siguen pensando que las almohadas siempre estuvieron desiertas, sin embargo, la cama se hacía religiosamente cada mañana. Tal vez un rayo de Zeus alcanzó a rozar la seda de las fundas en su trayecto hacia el averno. Quizá el cielo protector ha visto con furia el desperdicio de una almohada que sólo alojaba sombras. Se decía que el fuego tenía la capacidad para purificar almas, pero aquí no había ninguna.
La vida está en otra parte...¿no? Aquí se quemaron las almohadas. Aquí se mide la ausencia en centímentros cúbicos. Aquí, y ahora, uno sólo puede dedicarse a observar el humo plumoso y plateado haciendo espirales con las mujeres en las paradas de autobuses. Es el mismo humo que uno encuentra en Etiopía peinando a las damas que le pemiten entrar por sus ojos. El gran humo, rugiendo, filtra el alma y la deja espumosa de sombras. El humo habla del tiempo y perfila a una mujer que es siempre otra mujer, que nunca soy yo.
2 Comments:
"El cielo protector" es título de algún cuento, se me hace conocido. Yo también escribo De ese "no estar" que refieres, esa extrañeza ante el mundo y que hace a las pequeñas cosas crecer y adquirir otras formas o tonalidades. Habría que hacer una antología de eso ja.
Un abrazo
El cielo protector es la traducción del título "The sheltering sky", un libro de Paul Bowles. Ese "no estar", que notaste bien, define mis días pero queda el consuelo de un cierto modo de estadío anunciado sólo por mis efectos sobre las cosas.
Publicar un comentario
<< Home