jueves, diciembre 21, 2006

presencia Rosa

A veces parece que no te has ido. Puedo jurar que te escuché aclarar tu garganta como hacías siempre que querías hablar más fuerte. De plano no te fuiste, lu juro. Y es que para qué ponerme a recordar que cuando baje las escaleras no voy a encontrarte; para qué hablar de la silla que no vas a ocupar en torno a la mesa de siempre; no hay motivo. Prefiero olvidarlo y oler el pan tostado con mermelada, el Chanel No. 5 y los papeles viejos que se aglomeran junto a la máquina de escribir: olerte. No quiero memorias que suenan a respiración artificial ni mensajes ocultos en los sueños en los que mi mente me juega trucos con tu presencia... de verdad estás aquí. No es que vivas en mi corazón, no es que todo me recuerde a ti, no es que continuamente seas tema de mis conversaciones... estás aquí, porque yo estoy aquí.