Giselle Pas de Deux
La segunda ocasión en donde Giselle baila con Albert es durante el Grand pas de deux. Después de que las Wilis asesinan a Hilarion, descubren a Albert quien implora compasión ante Myrtha. Giselle entra a escena directamente ante Myrhta a quien intenta convencer de que perdone la vida a Albert . Ante la negativa indiferencia de Myrtha Giselle cambia su actitud por completo. Se muestra desafiante y amenazadora ante Myrtha a quien decide dejar de obedecer. Un momento de suma importancia en este acto es cuando Giselle protege a Albert, lo acerca a la cruz de su tumba ya que mientras esté cerca de allí estará protegido contra el poder de Myrtha. La pose imponente de Giselle que refleja el desafío al poder de Myrtha ha sido por lo general representada de la misma forma: Giselle de pie frente a Myrtha, con la barbilla alta y los brazos extendidos hacia los lados, como impidiendo que Myrtha se acerque a Albert. Es en este momento que comienza a escucharse la música del Grand pas de deux.
Mientras Giselle se interponga entre Albert y Myrtha, ésta no podrá hacerle ningún daño. Es por eso que Myrtha se vale del control que aún ejerce sobre los movimientos de Giselle para obligarla a bailar. Giselle no puede impedirlo y le implora a Albert que no se aleje de la cruz protectora. Sin embargo, Myrtha obliga a que Giselle ejecute movimientos a tal grado seductores que puedan lograr que Albert, atraído por la belleza de Giselle, se separe de la cruz. Efectivamente, Albert es atraído casi magnéticamente hacia la figura de Giselle. Ambos comienzan a bailar con motivos coreográficos similares a los del primer pas de deux, sin embargo, poco a poco los movimientos de Giselle comienzan a dirigirse totalmente hacia Albert, es ella quien lo busca ahora. Se resalta la evanescencia y falta de peso del personaje en una nueva serie de movimientos con los que Albert la levanta. Alicia Makarova, bailarina de origen Ruso, es otra de las grandes ejecutantes del papel de Giselle; ella hace una particular versión de este Grand pas de deux caracterizada por la lentitud de sus movimientos lo cual otorga un mayor énfasis en la interiorización (en Giselle) de este momento clave lo que, a la vez, tiene un gran efecto sobre la apariencia evanescente del personaje.
La danza recupera el carácter positivo del primer acto, para Giselle. Al igual que la música, a partir del Grand pas de deux se refleja el momento climático en el cual Giselle realiza una tremenda lucha interior para liberarse del sometimiento a Myrtha. Por breves instantes, el amor entre Giselle y Albert se hace posible y es eso lo que lo mantiene vivo.
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