viernes, marzo 02, 2007

de fumar y otros menesteres

Yo también fui de las que dicen que fumar adelgaza. Tomaba una taza de café bastante cargado y le daba "sorbos" al cigarro esperando el milagroso acontecimiento. De alguna misteriosa manera, todo el humo que me metía provocaba espasmos chispeantes en mi bajo vientre; de tal forma que, luego de una ansiosa espera, surgía desde lo más profundo una imperiosa necesidad de visitar el "tocador" --y quien diga que no quería saber tanto sólo absténgase de imaginarlo.
Tocador: palabra mística y eufemismo para describir un noble sitio. ¡para qué simplificar una visita por demás menesterosa, cuando podemos aprovechar la estancia acicalándonos frente al espejo? ¿Porqué no convertir la rutina en un ritual de perfumados polvos, aceitosas cremas y ríspidos cepillos? todo por la maravilla inusual del "retoque". Se me ocurre de pronto que llamarlo "tocador" resulta inexacto por ingenuo; se infiere que una acude para, por vez primera en el día, dar ese toque de apelmazamiento cutáneo; la realidad aporta otros datos, comprobando que entre retoque y retoque se nos olvida hace cuánto se gestó el "toque" primero (y se complica si se considera a cada variación del tema inicial como una obra enteramente nueva...). El "toque" y el "retoque" despliegan a demás otras posibles interpretaciones, pero dejemos por el momento la otra connotación obvia y polvorosa de los términos sólo por no ser pertinente en este momento de lucidez insómnica.
Decía, pues, que el cigarro me llevaba por hipótesis erróneas.
1. No adelgaza, más bien "marchita" y, en mi caso, enfatiza el rasgo familiar del "culisequismo" (termino aglomerado de culo y seco, frecuentemente utilizado por la abuela, arrepentida por combinar sus genes con una familia que en vez de glúteos ostenta alforjas).
2. Las inminentes "ganas" por acudir al "re-tocador" eran más bien provocadas por la endorfina (es decir, el miedo a que me cacharan...)

Pero los placeres y delicias del buen tabaco nunca han estado basados en argumentos; uno se envicia y uno quiere más; y cuando preguntan, pues no hay más que decir: "fumo por lo mismo que todos los demas: vicio". Triste y simple.

1 Comments:

Blogger Alejandro Badillo dijo...

Estoy en la red de nuevo... Os amo mucho pequeña lagartija. See you

domingo, marzo 04, 2007  

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