domingo, noviembre 13, 2005

"all our yesterdays"

Queda por saber si hay alguna diferencia entre mis sábanas de común y corriente algodón o aquellas tan recomendadas de algodón egipcio. Finalmente uno no puede dormir. Son las diez p.m. y todavía siento que el día de ayer no ha terminado. Pude dormir un poco más pero soñé con la abuela, me dijo que allí en donde estaba tampoco podía excederse comiendo chocolates... "es una lástima" le dije y luego insinué que para qué tanta espera entonces y me dijo algo así como "uno nunca deja de esperar". Hasta hoy pude darme cuenta de que fue una pesadilla. Con todo y eso me dio gusto soñar con ella.
Conocí a alguien que se sabe esa canción de Noir désir que me encanta y ambos nos sentimos acompañados sólo por una tontería así, pero la soledad se traduce hasta en eso.
"tout disparaîtra mais, le vent nous portera"
Mi sobrino me dio una cátedra sobre cómo la mantequilla debe ser usada para las galletas y no para el pan, así que mis intentos de ser una buena tía al darle de cenar han terminado. Seguiré alimentándolo con chocolates, supongo que la infancia debe ser el único momento en donde uno sí puede excederse. Hoy fue uno de esos días que parece que nunca empezaron y que tampoco terminan. Recuerdo que de niña despertaba con una sensación muy clara de que era un día "otro", que no importaba lo que había pasado el día anterior; cuando me enfermaba y me preguntaban "¿qué comiste ayer?" me era absolutamente imposible acordarme... ayer... ¿a quién le importaba?
Ojalá terminara este inmenso día, enorme ayer.

1 Comments:

Blogger Alejandro Badillo dijo...

No sé si tengas costumbre de leer la revista "crítica" de la BUAP, hay una poeta llamada Rocio Cerón, que sacó un artículo´(más bien ensayo) sobre las sábanas, me lo recordaste por el primer párrafo que escribes. Espero poder transcribirlo y subirlo al blog para que lo leas.

Saludos

martes, noviembre 15, 2005  

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