lunes, febrero 27, 2006

me falta

Uno prefiere creer en el instinto de supervivencia, pero yo he visto cuerpos cansados y almas apaleadas buscando la luz al final del túnel. He querido ponerme necia, como si sirviera de algo, e intentar alargar días que ya no eran para nosotros. Llegué a creer que la fuerza del espíritu equilibraría la balanza y haría toda la diferencia, logrando ofrecerme (a mí) más tiempo de compañía egoísta. Pero vino el día en el cual tuve que aceptar la ausencia que, aún a ojos abiertos y sonrisas apretadas, había terminado de "decir". El silencio salió destapado, a presión, para rebotar en las paredes y atorarse en la parte alta de mi garganta. Después la paz se hizo ruidosa, mudó apariencia y pintó mis ojos con sequía. Llegaron sus letras olvidadas y escondidas con la maña de quien quiere ser descubierto; mi nombre, garabateado en escasas repeticiones, mencionando sólo lo que cualquiera sabía de antemano. ¿Debía conformarme ahora con interpretarla, con buscar en sus letras lo que nunca me atreví a preguntar? No encontré sentido en cuestionar lo que para todos era evidente, aún cuando a ella no le hubiese sido necesario decírmelo; aún así me habría gustado oírlo salir junto con esa sequía, como un intento de quedarse el tiempo suficiente al menos para mí que la tuve tan poco. No pude pedirle que se quedara, no quería eso, pero hubiese preferido su resistencia, que olvidara su fe por un momento y encarara sus deseos en mi nombre, sin virtud; quería que llorara conmigo estremecida entre las sábanas, que olvidara la resignación y la promesa de paraísos prefiriendo quedarse aquí en el fango, aquí donde estoy yo. Pero estaba lista, se le fue el calor convencida de que eso es lo que siempre quiso... irse.


Do not go gentle into that good night,
Old age should burn and rave at close of day;
Rage, rage against the dying of the light.

Though wise men at their end know dark is right,
Because their words had forked no lightning they
Do not go gentle into that good night.

Good men, the last wave by, crying how bright
Their frail deeds might have danced in a green bay,
Rage, rage against the dying of the light.

Wild men who caught and sang the sun in flight,
And learn, too late, they grieved it on its way,
Do not go gentle into that good night.

Grave men, near death, who see with blinding sight
Blind eyes could blaze like meteors and be gay,
Rage, rage against the dying of the light.

And you, my father, there on the sad height,
Curse, bless, me now with your fierce tears, I pray.
Do not go gentle into that good night.
Rage, rage against the dying of the light.


Dylan Thomas.