lunes, junio 05, 2006

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Ensanchada cápsula de tiempo
a punto de tocarte,
instalada entre pieles
una vez una
hace mucho nuestras.

Homenaje al espacio
mínimo: palpitante
pausa,
latiéndole al alba,
invocando día.

El obscuro florece
aquí,
en horas constipadas,
enteras se gotean
por un suelo
en declive;
esferas líquidas,
cohesionada espera:
antes
esperanza.

Maremoto embotellado siempre
buscando paredes
para contenerse.

La risa perdida,
suspensión eterna:
una vez una,
antes nuestra.

Palmas frente al vacío
hendidura de tu eco.
Mesías
sin fe, augurado.