certero e indubitable
porque parece que el desvelo no devuelve lo perdido, aunque pase la noche buscándolo... no me sigas llamando ausente porque tengo sobre mis manos los 21 gramos que me corresponden. Amárgame el paladar de nuevo, hazte barniz, hazme poeta. Invéntame otra cara, una que sonría aunque estemos en áspero lamento; una que pruebe el delirio hasta en la lidia contra Hades. En el sendero iras tirándome las migas del día siguiente; yo, atrapada en la maraña de mis recuerdos, despejaré la mirada para trazar una ruta que me aleje de la víspera.
porque de tu piel hablan los sauces que susurran mis mentiras, de tu lacio ornamento y de tu muérdago-promesa. Me falta la boca, las uñas que arañan y el pestañeo que guiña. No tengo al mago, ni a la carroza ni me hierve la sangre por un encuentro. Tengo la tierra entre las uñas y el polvo entre los párpados; tengo a tu risa clavada entre los homoplátos, en el punto que no alcanzo a ver, en el centro de la nada... ahí donde seguramente sí existes.
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