viernes, enero 28, 2005

"Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias"

Mira nada más cuantos somos por aquí desparramados... siempre es sorprendente darse cuenta de que aquella soledad y alienación que nos hace sentir "taaaan especiales y diferentes" no es sino lo único que tenemos en común... TODOS (obsérvese que sólo uso tres puntos suspensivos). Hace falta volver a revisar la letra de "Eleanor Rigby" para notar la falta de temas nuevos en el imaginario actual, o bien dedicarse al escrutinio interior para recalcar la vigencia perpetua de este malestar comunmente asociado con la falta de compañía. Sin embargo, un reciente descubrimiento me ha llevado a pensar que el "solo" no se transforma aún en masas aglomeradas o cúmulos sociales. El "solo" se busca entre las estepas de las posibilidades que se va creando y cree pertenecer con mayor seguridad al mundo que lo recibe cada noche en sus sueños. Es un "Narnia" sin brujas ni leones parlantes; un verdadero refugio fuera del mundo de las miradas. Rilke estaba más solo que muchos y por eso creyó estar enamorado; Segismundo desde su torre alucinó la realidad, Polifemo, El caballero de la triste figura, y el Padre MacKenzey, todos autófagos como el catoblepas.
Hagámonos ficción, parte del "reality show" que nos armamos todos los días. Seamos todos una gran, redonda, e inflada soledad.

1 Comments:

Blogger Abigail dijo...

¡Pero si nos encanta, fascina y ennoblece la soledad! Pero no podemos disfrutarla sin un poco de masoquismo; nos gusta más el rol de mártires porque sentimos que todos podemos tomarnos de las manos en el mismo mal y al menos en eso sí somos hermanos.

jueves, febrero 10, 2005  

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