Caro Victrix
¿De quien aprendo la conducta apropiada? Suelo reír cuando la gente espera llanto y encojerme de miedo cuando a todos les da risa. Mi piel se despega de mí sólo en escasas ocasiones cuando puedo sentir que la comparto y en verdad cobra valor la compañía. Sin embargo hasta en eso no logro entender lo que se espera, lo que buscan... compartir no quiere decir vivir lo mismo, algo exactamente idéntico. De nada me sirve perderme de vista y confundirme con el entorno porque es visto como si intentara esconderme. Por no tener religión se me acusa de no tener dios, tómese esto como alegoría pero tristemente, también de manera literal. Uno no es, no se ve siendo a menos que se pueda anexar a símbolos, a circunstancias reconocibles. Me es imposible dejar de competir, dejar de intentar que me veas sin que tenga que pedírtelo, no quiero imaginarte compartiendo algo idéntico.
Bajo la obscura red de la pestaña
destella su pupila de deseo
(E.R.)
Lo mío se queda en eso; soy sólo erotismo sin concreciones. Vivo en el mundo de la pausa rodeándome de deseo. El fastidio sería ya sentir demasiado.