miércoles, marzo 22, 2006

ser grande

Me sigo sintiendo de 5: enterrada en un monte de pasto recién podado; untándome ajo con la esperanza de provocarme fiebre y así faltar a la escuela; buscándo mi rostro en los espejos tratándo de adivinar como me vería "cuando fuera grande".
Ese concepto abstracto (ser grande)sólo significa limitarse a oler el pasto cuando lo que en realidad quieres es descalzarte y saltar sobre él; sofisticar los pretextos y las excusas para no asistir al trabajo; encontrar en el espejo una cara que no conoces y decirte muy en el fondo "¿podrá volver esa niña de 5?".

martes, marzo 14, 2006

Refugio

Una pluma en caída anuncia el letargo que agoniza. Tus ojos a medio abrir, convocando al sueño plácido y merecido, parecen detener al tiempo, suspenderlo y hacerlo un simple adorno al cual nos colgamos como esferas del cristal más frágil. El techo (aquel que nos devuelve la misma piel e iguales bocas) denuncia también un ocaso seguido de noche en camas separadas. Perturbada en partida express y retrasada dejé que los minutos cayeran todos juntos de plomazo; palmo a palmo la calle; acelero y devuelvo el grito al auto de al lado. Acelero. Luces ambar, y sí me da tiempo.
La brisa sopla por debajo de una pluma y la impulsa un poco hacia las esferas. Yo recuerdo tu barba reventándome la risa mezclada en lágrimas. El refugio amarillo, las luces quebrándose en tu espalda, el frío mosaico de nuestro andar tambaleante, entre el campo minado de ropa... es atmósfera pero no ficción.
No pude llegar temprano, me perdí buscando un lugar familiar en medio de lugares conocidos. Tu ausencia comienza a hacerse grande. Tú de azul, yo de azul y luego melanina tostada por el sol del mismo día.

miércoles, marzo 08, 2006

CIUDAD SIN SUEÑO

(NOCTURNO DE BROOKLYN BRIDGE)
F. García Lorca

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

martes, marzo 07, 2006

dejando de ser hoy

Hay voces reales que te contestan el teléfono mientras alguien te pinta las uñas. Los momentos que esperas durante mucho tiempo son los que logras escuchar a través del frío, de luces amarillas y calles vaporosas. Este es un hoy que ya está dejando de ser, convirtiéndose en víspera; un paréntesis que se cierra para dar lugar al verbo que viene después a aclarar la frase entera. He visto clarear un ocaso en tus ojos, como en quien espera con ansia la noche para volver a soñar con ese mismo momento. Canté el pavimento que pisaba con ese sonido hueco de corcho mojado y enmudecí con tus manos en mis mejillas enmarcando el retrato de la sonrisa que todavía no dibujo. Parece que me puedo atrever a soñar, a recargarme en bardas frágiles y saltar en camas rentadas. Creo que puedo esperar paciente, cerrar los ojos y seguir con tu mirada encima; con el peso sobre la punta de mis pies y mi cuello dirigiéndome a las nubes, regreso la nota sostenida de mi voz por el teléfono, la marca fragil de mis labios en cada dedo y mis párpados se cierran... duermo.